De
como la hegemonía y la fuerza son la base de toda legitimidad a
nivel internacional o nacional. (*) El vaciamiento de la constitución
de 1978. El colectivo no es infalible.
Por
RICHARD
PACARD
Estados
Unidos se cree legitimado para intervenir en otros países, en
defensa de los derechos humanos, creándose de dicha manera la idea
de que E.E.UU es el guardián del mundo, ya que impone
arbitrariamente la limitación a la soberanía interna de los
estados, así como la instauración de un poder hegemonico,
convirtiendo cualquier clase de decisión en arbitraria, de cuando y
donde se ha de producir el límite de soberanía de un determinado
estado. De dicha manera esto plantea un problema ético y moral de
enorme transcendencia, ya que el guardián vigila al mundo, pero
¿quien vigila al guardián? Nadie. Para la política norteamericana
el mundo es el trastero de su casa; el guardián se convierte así
mismo en la parte, el juez y el verdugo. Y ello levanta a lo largo y
ancho de este mundo, un odio bien merecido hacía Norteamérica, un
antiamericanismo, que si bien esta justificado, no deja por ello de
ser injusto. Ya que en Norteamérica como en todos los países, los
pueblos no tienen parte y arte en las políticas neoliberales, y
mucho menos en los intereses espurios y en la hipocresía de su clase
política. Pero no solamente Norteamérica fue el adalid y defensor
de los derechos humanos, como justificación ética y moral a su
política intervencionista; que por otro lado, siempre acudió a esa
justificación para encubrir sus verdaderos intereses, es decir, para
hacerse con los recursos de los otros estados, esgrimiendo en muchas
ocasiones, un militarismo, rampante de tierra rasa, para imponer por
las armas a aquellos actos que por la fuerza de la ley se le negaría.
Defensor siempre y en todo momento del corporativismo oligárquico.
Lo mismo que Europa. Como he dicho antes, Norteamérica no es el
único que ha utilizado su fuerza y poder. La extinta U.R.S.S
limitaba la soberanía de los estados miembros de la estructura
comunista, en aras a promover la solidaridad comunista supraestatal,
con lo que se esperaba que no se pusiera en peligro la misma
existencia del bloque comunista. Es por lo tanto, la fuerza y las
armas las que imponen a nivel internacional o nacional, la hegemonía
frente al resto de naciones o estados, los cuales no discuten ninguna
decisión de aquel que se constituye en parte, juez y verdugo,
enmascarando pretensiones militaristas en defensa de intereses, en
este caso, frente al enemigo occidental, liderado por Norteamérica y
sus adalides o aliados. Donde la U.R.S.S siempre era el enemigo a
abatir, el malo de la política; también tenían cosas buenas,
sirvió de contención contra un capitalismo Darwiniano y salvaje.
Una vez extinguido, las oligarquías -de Norteamérica y Europa- se
vieron libres para provocar la crisis estructural de 2008.
Existe
en la actualidad un vaciamiento de la constitución de 1978, la cual
es la norma fundamental de la democracia española; más he aquí que
dicha norma respeta todas las praxis habituales, interpretando los
partidos políticos, de manera unilateral, el contenido y el
articulado del texto fundamental, retorciéndolo en muchas ocasiones
y resquebrajando en tantas otras el mismo espíritu de la
constitución, adaptando esta a los vaivenes de los intereses
partidistas; algunos de dichos partidos que se dicen
constitucionalistas, son los primeros interesados en que se produzca
el vaciamiento de la constitución, de manera que el misto texto
constitucional, adolece de inutilidad. Dicha constitución va
perdiendo -de esta forma- fuerza, resquebrajándose la columna base
del edificio del Estado de Derecho, disolviéndose el concepto
filosófico de “constitución”.
Algunos
hechos y acontecimientos sobrepasan la estructura política del
Estado de Derecho y de la misma constitución, produciéndose un
divorcio entre las estructuras y la realidad política. Y ya no
digamos la realidad de la calle, como observa atónito el colectivo
que su clase política se corrompe filosóficamente e
intelectualmente, en torno a unos procedimientos, que entendemos
absoletos; la presente constitución española cumplió su misión
histórica; tras la muerte del dictador Franco, teníamos que llevar
a cabo la integración de las dos Españas, y fusionar en un texto
constitucional, los deseos, las aspiraciones, y las ilusiones, que
tenían muchos en el regreso a la democracia. Alejando de esta forma
los fantasmas del pasado, y la posibilidad real de un nuevo
enfrentamiento entre las dos Españas. Pasados estos cuarenta años,
la constitución de 1978 ha sido zarandeada de mil formas distintas,
esto le hace adolecer de envejecimiento. Urge pues adaptarla a los
nuevos tiempos y a los problemas reales del colectivo, y ello supone
una reforma integral en algunos aspectos del contenido
constitucional. Sobre todo la resolución del problema de secesión
de Cataluña, negociando todo lo que sea negociable dentro del marco
constitucional. En este preciso momento apostaríamos por una
estructura federal.
Una
de las columnas de toda democracia se haya basada en la infabilidad
del colectivo; más ello no es del todo verdad, ya que el mismo
colectivo se haya fragmentado por sectores y clases sociales, y nunca
tiene interés por la causa general, es el filosofo, el legislador y
el hombre de estado, los que deben armonizar las causas particulares
con la causa general. Ya que en todo momento, la causa general y las
individuales chocan entre si. Estos tres elementos u factores (el
filosofo, el legislador y el hombre de estado) se preguntan: ¿ha de
prevalecer las causas particulares frente a la causa general, o al
contrario? Los beneficios de la causa general repercuten en todo el
cuerpo nacional, y hacen prevalecer la justicia por encima de
partidos, de instituciones, o de intereses individuales o espurios.
En un contexto así, prevalece el honor de las gentes, la verdad en
todos los ámbitos. A partir de ahí, se nos plantea una compleja
problemática, de difícil o imposible resolución. Ya que en los
actuales sistemas neoliberales, lo primero que desaparece es la
verdad; el poder se sostiene sobre la mentira o como mínimo, sobre
la distorsión de la verdad, que en sí mismo, no deja de ser una
mentira. El mismo mercado se basa en la mentira. Ya que son
conscientes de que una mentira, reproducida muchas veces, se
convierte en verdad. ¿Que es entonces la publicidad, dicha en todos
los medios de comunicación? La gran mentira del Siglo XX fue el
Marketing. Así de dicha manera, se ocultan las verdaderas
intenciones. Así se mediatiza al colectivo en aras a subvertir su
voluntad.
La
voluntad del colectivo es subvertido por publicidad subliminal, de
manera que se equivocan, en muchas ocasiones, cuando tienen que
emitir su voto. También se haya mediatizado por sus intereses
individuales, o apegos, los cuales provocan el miedo al progreso, al
avance y al cambio. No lo ven como una oportunidad, sino como una
amenaza y esto le crea incertidumbre. Ello le obliga a votar a
partidos más moderados, más del sistema. Se vuelven más
conservadores. La tragedia y la desgracia de todos los colectivos,
estriba precisamente, en que no son conscientes del poder que poseen
en sus manos. Aún no. Pero si en determinado momento, el colectivo,
se da cuenta o es consciente de que han sido engañados, espero y
deseo que España salga a las calles. Solamente ellos pueden mejorar
las cosas. O dicho de otro modo, pueden obligar a que mejoren las
cosas. Así de esta manera se establece el derecho a que los pueblos
se equivoquen, se produce al mismo tiempo, un proceso de disolución
del espíritu democrático. La democracia es un ideal al cual hay que
tender, pero si por un lado nuestro derecho al voto, se haya
mediatizado por cuestiones internas o externas a nuestra
individualidad, así como por oligarquías financieras y estilos de
vida posmodernos, no me cabe ninguna duda de que el fin de la
democracia sera un hecho. En la edad antigua las democracia
fracasaron por los mismos motivos que nos ocurre a nosotros. La
historia se mueve por ciclos y se repiten tanto en el apogeo y
ascenso de la civilización, como en la decadencia y muerte de la
misma.
La
pregunta que se hace el filosofo y el historiador, es en que momento
de la historia, tambaleara la democracia, y en que instante se
efectuara su caída. Es posible, tal y como se están desarrollando
los acontecimientos actuales, que se disolverá sin apenas
percibirlo; al fin y al cabo, la democracia actual tiene mucho de
control y autoritarismo, mucho de hiperburocratismo, ya que la
burocracia es la antesala de la tiranía. El poder usa la burocracia
como muro de contención, más que una forma de expresar su fuerza,
lo que viene expresando es su debilidad. ¿Acaso es una democracia
aquella en la que prevale el interés de una clase privilegiada, de
una oligarquía con grandes privilegios? Mientras la burguesía (la
clase media asalariada) no es consciente de que ha perdido toda
influencia política y social.
BIBLIOGRAFIA.
RECOMENDAMOS. FUENTE GENERAL DE CONTENIDOS.
(*)
El articulo narra la guerra fría, sobre todo de como la hegemonía y
la fuerza son la base de toda legitimidad. Basada en lo que nos dice
en su libro reseñado más abajo Antonio torres del Moral. Todo el
articulo esta basado en este autor.
Estado
de Derecho y democracia de Partidos. Autor: Antonio Torres del Moral.
Catedrático de Derecho Político. Servicio de Publicaciones de la
Facultad de Derecho. Universidad Complutense. Madrid. 1991.
Teoría
General del Estado. Edición castellana. México, 1979. H. KELSEN.
¿Qué
es una constitución?. Edición castellana. Barcelona. 1984. F.
LASALLE.
LIBRO
RECOMENDADO DEL MES. Por Antonio d´Tenerife:
TITULO:
SOLO EL AMOR ES REAL (El amor es la respuesta a todo).
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