COMENTARIOS Y REFLEXIONES SEGÚN EL EVANGELIO DE TOMAS

COMENTARIOS Y REFLEXIONES DEL EVANGELIO SEGÚN TOMAS

Por

Richard Pacard

(inspirado en el evangelio según Tomas)

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Una vez más la palabra de Jesús nos llena de contradicción, nos embarga de angustia y turbación; se busca el conocimiento del todo, y finalmente con gran tesón y parsimonia llegamos al encuentro; es la gran paradoja que nos brinda la necesidad de la búsqueda del infinito, de lo insondable, de lo incomprensible, del todo.

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Todos tenemos en nuestro interior una parte divina, pero esta se haya aletargada y dormida por el mundo; luego la gran búsqueda, la gran labor consistirá en el despertar de nuestra pertenencia al cosmos. A esa parte del todo, de ese todo inconmensurable, donde nuestro ser se conocerá en su mismo despertar; en nuestro “yo” intransferible, reconocidos en un proceso de introspección que nos hacen llegar a Aquel que lo es todo.

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Jesús no instituye ninguna normativa y sobre lo mismo que sean sinceros ya que la verdad sera desvelada, que todo lo oculto se les manifestara, que no hagan rituales, ni ceremonias ostentosas, y que Aquel que es el todo no les ocultara nada. Y por encima de esto que sean sinceros y veraces. La ciencia les sera enseñada y revelada.

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El hombre inteligente, sabio, le lleva a la introspección por un proceso de discernimiento; escoge el centro y este le lleva a sondear el espíritu. El hombre sabio busca el hondón de su conciencia, lo escruta y solamente de esta forma escapa al mundo. Así toma conciencia de lo absoluto. Y lo absoluto es Dios que lo impetra todo. Más es imposible aún mortal poder traspasar las fronteras entre lo mortal y lo inmortal; como quedándonos a medio camino, de ahí nuestra imperfección. Por eso el sabio sufre tribulación. Es del mundo, vive en el mundo, pero constantemente mira las estrellas. Buscando, esperando... viviendo.

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La mayoría de los católicos viven en la ignorancia, muchos carecen de conocimiento, se basan en rituales y en plegarias, jaculatorias repetitivas y cansinas hasta la extenuación. Conviene liberarse de estructuras ritualistas que no nos dicen nada e impiden la realización con lo absoluto. Tienen un concepto simplista de Dios y sus misterios. En realidad la Iglesia Católica no es la iglesia de Jesús, es una superestructura de poder, son los nuevos fariseos. Caen ellos pero hacen que otros caigan.

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El judaísmo se ha quedado en ese medio camino, como los católicos, entre el fariseismo y la plenitud de la gnosis, y siguen siendo ritualistas sin ningún sentido. Ni siquiera se proponen estudiar y formarse.

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Nuestro paradigma nos impele a encerrarnos en un circulo concentrico del cual nos es imposible salir. Nuestro enemigo es la falta de ciencia y conocimiento. Los misterios que nos transcienden son inescrutables, por ello algunos libros y textos son considerados herejías. Se teme lo que no se conoce. Solo al iniciado se le ha otorgado el talento de conocer.

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En los nuevos cielos y la nueva tierra los hombres serán como los ángeles. Se hallaran unificados a Aquel que representa el todo. Y ya no será como antes. El universo y el hombre estarán armonizados. Y la misma muerte habrá sucumbido ante la luz.

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Había un gran valle custodiado por un ángel y sobre un pequeño montículo se hallaba una pequeña luz blanca, resplandeciente; fue en aquel entonces cuando un hombre se acerco al valle, con intención de ver si se curaba una dolencia de estomago, le ardía desde hace mucho tiempo, pero este hombre se encaminaba para ver si podía ser curado por el Señor. Él tenía la convicción de que había sido castigado con esta dolencia, ya que le pedía al Señor Jesús, en oración que le curase, más este le contestaba que curaría. Pero nunca le dijo cuando ni como. Así fue pasando el tiempo, la espera se estaba dilatando, por lo que creyó que había sido castigado por sus innumerables pecados. Fue entonces cuando decidió ir al Señor, para ver si le perdonaba y alcanzaba la salud. Cuando el ángel vio que se acercaba nuestro protagonista, le saludo con mucha alegría, esbozando una sonrisa, que contrastaba con el rostro apesadumbrado de nuestro hombre. El ángel alegre por su venida le indico con el brazo el montículo donde se hallaba la luz y le dijo: “Allí esta Dios”. El hombre en cuestión se acerco a la luz, apesadumbrado y melancólico le contó todas sus cuitas y sufrimientos, más la dolencia de estomago. Y le pidió que le perdonase. Fue en ese instante y no en otro, ya que el Señor no le interrumpió mientras hacia su oración y su postración, en ese instante de la luz salio la voz del Altísimo y le dijo: “No es un castigo, vete en paz”. El hombre se retiro consternado, creyendo en su espíritu que Dios no le quería curar. Y así de esta manera se retiro triste. A la noche cuando se encontraba en su habitáculo, sintió un revoltijo en el estomago y de repente curo. Y a partir de ese momento no volvió a tener nunca una dolencia estomacal. El Señor es nuestro Dios, Dios es nuestro Señor.

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Amaras a los otros como si tu fueses el yo. Por que el otro eres tu mismo. Debemos cuidarlos y protegerlos. Y así al mismo tiempo seras la luz y Dios estará en ti.

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Nos separaremos del mundo para que Dios descienda sobre ti. De esta manera podrás acceder sin ningún obstáculo al Reino de los Cielos.

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El mundo es imperfecto de toda manera que es la carne y el espíritu ha de transcender hacia la luz, es decir, hacia la perfección. Si el espíritu se haya quebrantado, el cuerpo también se haya quebrantado, ya que la carne es mortal, el espíritu podrá acceder a lo inmortal. Somos reos de la muerte, prisioneros del mundo, pero herederos del retorno al paraíso y su restablecimiento en la tierra.

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El rostro de la luz irradia luz, más el rostro de la oscuridad desvela tinieblas. El que es bueno su rostro es bello ya que lo que irradia es la belleza y la luz del espíritu. El que vive según el mundo irradia un rostro deforme. Ya que se haya enfermo en su interior. La luz apenas brilla.

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La visión de los discípulos de Jesús es cortoplazista creen en un Mesías histórico y político, aún no comprenden la misión del Mesías, ellos aún son parte del hombre viejo, el hombre mortal; pero Jesús manifiesta lo que es el hombre nuevo; al estar poseídos de mortalidad es imposible que lleguen a la comprensión cósmica de Dios. Tienen un concepto terrestre de la vida. Se podría decir que poseen un concepto mundano de la vida. No entienden el orden divino, que es un orden que transmite la inmensidad, su mente es incapaz de discernir aquello que está más allá de las estrellas. Su mente y espíritu están atrapados en la superficialidad de una vida inferior y Jesús les esta induciendo a una vida superior. Es una lucha de lo mortal contra lo inmortal. Están imbuidos por sus apegos y por su egocentrismo, por ello Jesús les dice que tienen que despojarse y desnudarse de todo vestido que lo imbuye de superficialidad. Revestidos de la túnica blanca habrán alcanzado el conocimiento de la divinidad, solo así alcanzaran la inmensidad.

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En el evangelio de Tomas lo fundamental es la gnosis (el conocimiento) sobre el espíritu o las cosas del espíritu, las cosas u objetos externos carecen de importancia; Jesús denunciara a los herodianos y fariseos como guías que han distorsionado la verdad y la han ocultado. Quizás con el propósito malévolo de que solamente ellos serán los que custodien el conocimiento divino y al mismo tiempo sean los verdaderos titulares del Reino de los Cielos, negando dicho conocimiento al pueblo. Dios esta por encima del espacio-tiempo ya que para ÉL no existe el pasado y el futuro, sino un eterno presente. Sin embargo, este concepto filosófico del orden divino, a duras penas lo entendemos. Es incomprensible la existencia de un Dios omnipresente y eterno. El cual no tiene principio ni fin. La muerte es algo ajeno al orden divino y al plan original del Hacedor.

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El evangelio de Tomas insiste una y otra vez en nuestra mundanidad, por ello Jesús nos define como transeúntes. El camino emprendido hacia el conocimiento superior nos traslada hacia la ciudadanía de lo divino, hacia la unidad con Dios. Sin embargo, debe haber un nivel superior que no es adquirido en nuestra realidad. Nosotros no somos capaces como entidades revestidos de mortalidad, entender la eternidad, pero ello no quita para que podamos admitir que poseemos un don o un talento que nos permita percibir que existe algo en nuestro ser que es semejante a la imagen de Dios. Aunque ese talento se haya dormido. Y es imposible alcanzar ese conocimiento en su totalidad. Ya que todo se basa en especulaciones e interpretaciones.

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En el AVERNUS texto transcendental para conocer nuestro espíritu, en el existe una figura que es el Daimon, me base para crear este personaje en la mitología griega, y allí se nos dice cuan fácil es permanecer en el pecado perpetuo y en la blasfemia contra el Padre. Es un texto iniciatico que solamente han de leerlo aquellos que se hayan preparados moral y espiritualmente. Solo dos personas lo han leído. Una de ellas afirmo que era inspirado por el demonio. Dicha obra tiene alguna connotación con la Divina Comedia, de Dante. Y con la transcendencia , la cual es atacada continuamente por el hombre, nacemos corrompidos y fenecemos sin ninguna salvación hasta alcanzar la unidad con el hijo y a través del hijo al Padre; si no existiera el perdón, no existiría ninguna posibilidad de redención. Ya que el espíritu puro es una potencia de Dios. Es una cualidad del mismo Dios. Un atributo. Y es Santo porque Dios mismo es la luz de la santidad. Si blasfemas contra el espíritu santo, blasfemas contra el Padre y el Hijo, por supuesto contra el espíritu santo que es la misma esencia de Dios.

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Socrates dijo en una ocasión que nos conociéramos a nosotros mismos, aunque este filosofo era politeista, admitía -sin embargo- la posibilidad de un solo Dios. Así pues evoluciono del politeismo al monoteísmo por ello fue invitado a darse a si mismo muerte, y así fue, ya que según aquel estado Socrates estaba corrompiendo a la juventud, ya que predicaba el monoteísmo. Jesús predicaba el conocimiento de uno mismo, ya que de esa manera podría discernir la diferencia del bien y del mal, para así establecer una frontera entre el orden mortal y la búsqueda de la divinidad y de su orden y principios.

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Según el capítulo 46 y los versículos del 2 al 5 del evangelio según Tomas habrá quien se salve por la fe, aunque no tenga conocimiento, como el caso histórico de Juan el Bautista. Lo cierto es que el que carezca de fe demuestra un debilitamiento del espíritu, sin embargo se salvara porque tiene el conocimiento, aún así existe la duda incluso en aquellos que tienen fe y conocimiento. La duda es buena si es afirmativa, ya que declara la fe pero busca incesantemente a Dios, ya que no se concibe la maravilla que representa el cosmos (sus leyes no escritas, sus cálculos matemáticos, el orden establecido en el universo, etc) sin la existencia de un Ser Superior. No puede ser que el Algo surja de la Nada. Alguien tuvo que crear lo que en su origen era increable y de ahí surgimos nosotros. Mi pecado estriba en que mi deseo de buscar a Dios va más allá de toda lógica, ya que intento introducir a Dios en un tubo de ensayo, con la intención de poseer pruebas irrefutables de su existencia, y todo me impele a buscar sin desmayo aquello que no es comprensible, aquello que me es inaccesible, restellos de Alguien que esta más allá de la realidad presente. Y seguiré buscando hasta el final de mis días. Si Dios no existe, entonces la vida y la belleza cósmica no tienen sentido. Si Dios existe, entonces la vida y la belleza cósmica tienen algún sentido, algún plan. Y nosotros somos parte intrinsica de ese plan. Entonces todo cobrara su sentido en el universo, incluso la razón del pecado y de la muerte. Con Dios todo es posible. Sin Dios todo es imposible.

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Jesús dijo: (No es posible que un siervo sirva a otro siervo, a dos señores, ya que honrara a uno y despreciara al otro). En esto Jesús lo que desea es que penetremos en una dimensión distinta de nuestra realidad mortal y revestirla de lo que es inmortal o imperecedera. Por ello no se puede hallar entre lo que es real en lo mortal y lo que es real en las grandes dimensiones. Y ahí se establece la comprensión de lo infinito, que es tan real como la realidad misma. De ahí se comprende el establecimiento del orden establecido. (EL REINO DE LOS CIELOS). Es compatible el Reino interior, es decir, el despertar de toda la humanidad, con el Reino Colectivo, en algún momento Dios decidirá el despertar de la conciencia, ya que ocurrirá en un estadio nuevo en el cual se habrá materializado la promesa de que habrán (unos cielos y una tierra nueva), lo cual significaría que el Reino de los Cielos se establecerá a nivel colectivo. Para ello habrá de transmutarse la misma conciencia, el interior de cada individuo y de esa forma surja la luz. Tendrá que suceder una gran mutación a nivel social. De lo contrario sería imposible dicha mutación. Y se seguirá la dualidad entre el orden espiritual y el orden mortal. Estos se tendrían que fusionar. Y entonces de no surgir la fusión y desaparición de la dualidad, todo lo que hemos investigado no serán mas que meras especulaciones. Si se consiguiera la fusión de la dualidad, esta desaparecería, ya que dos será uno. De lo contrario las promesas de la recuperación del paraíso perdido no sería más que un mito y una leyenda sin fundamento.

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Nuestro origen es de la luz y a ella debemos retornar. Y aquí se pretende que surjan las preguntas que nos hayamos de forma individualizada hecho. La primera pregunta es: ¿de donde sois? La respuesta: venimos de la luz. ¿Quienes sois? Somos hijos de la luz. ¿Cuál es el signo de vuestro Padre que esta en vosotros? Movimiento y reposo.

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La respuesta de Jesús se refiere a un estadio o nivel histórico, es su presencia en el mundo, el cual al estar en ese contexto, es enviado por el Padre para enseñar el camino y la verdad, es también la presencia en la historia de los hombres, por ello lo que preguntan es si el Reino y la luz cuando vendrá y Jesús le responde: lo que esperabais ya ha venido. En forma corporea en Jesús de Nazaret. Al entrar en la historia ya ha venido una forma sutil e espiritual del Reino. Pero los discípulos no conocen, no comprenden esta sutileza de Jesús.

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Evidentemente, el Señor establece el tiempo para que lo busquemos en nuestra vida mortal, de esta manera elige a aquellos que lo buscan incesantemente. Pero una vez que nos vayamos a dormir con nuestros antepasados si no hemos buscado, seguramente no volveremos al origen.

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La clave del capítulo 61 del versículo 10 al 18 está en Salome y todo el texto propende hacia el núcleo. Lo importante son las preguntas que le hace a Jesús y sus respuestas. Sin embargo, aunque se haya en un texto incomprensible; es Salome la que a través de sus preguntas nos da la solución, de ahí que ella es el centro de toda la trama. Salome no comprende aquello que ya se haya en su centro (Es lo que denominamos “intuición beatifica”). Salome ya es consciente de la otra dimensión, de la realidad de las dimensiones, pero no sabe traducirlo a imágenes ni a palabras, pero en sus preguntas ya se haya la búsqueda interior. Cuando Salome le pregunta a Jesús: ¿Es como venido del Uno que has subido a mi lecho y has comido en mi mesa?. No esta reproduciendo una realidad dimensional, si esta intentando reproducir mentalmente la dimensión de la luz con una imagen que ella entiende por que forma parte de su experiencia. La contestación de Jesús establece una relación no física sino espiritual. Ella se hallaba vacía hasta que Jesús entra en su interior y su vacío se llena de luz. Salome no comprende ese movimiento operativo del espíritu, más esa luz establece nuevas imágenes e ideas. Jesús le inunda con su palabra y ella cae subyugada ante su discurso, posiblemente Salome ya haya oído los discursos y las parábolas de Jesús, aunque el evangelio de Tomas no lo menciona. Ello nos indica que Salome ya estaba imbuida de comprensión de lo infinito. Solamente necesitaba oír la Palabra. Eso de la comprensión de lo infinito no se aprende. Se nace con ello o no se nace. Pero a veces esa comprensión esta dormida. Y solo basta la Palabra para despertarla.

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Este capitulo (62:2-6) podría ser la continuación del comentario nº 24. Salome siente la intuición beatifica de que algo nuevo esta sucediendo en su “yo”, más aún no es consciente de todo aquello que le esta sucediendo a nivel dimensional, intuye que Jesús viene del Uno, y Jesús consciente de que Salome es su discípula le prepara para llenar lo que se encuentra vacío, la prepara para la iniciación y le revela los misterios de la luz, ya que es digna de ser renovada. Aquel que posee en su centro la intuición beatifica que le revela los misterios de Jesús, es por que aún no se haya preparado, sin embargo, Dios es conocedor de quien es digno de merecimiento beatifico.

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Para llegar a alcanzar la perfección hemos de ver y conocer el mundo y cuando se haya en un nivel superior de introspección con Aquel que lo puede todo, es fácil renunciar al mundo. Renunciar al mundo, significa renunciar a todo lo superfluo. Solo hemos de poseer aquello que nos es necesario. Hemos de renunciar a toda riqueza ya que es contrario a una dimensión introspectiva. O se sirve a Dios o se sirve al dinero. A los dos es imposible.

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Este comentario es uno de los pilares fundamentales y clave para conocer que el mundo esta sometido al pecado. Los mercaderes y los comerciantes no entraran en los lugares del Padre. Por lo mismo, este comentario acusa al mundo capitalista como una estructura de poder y de pecado. Jesús esta con el pobre, ama al pobre, pero odia la pobreza, por ser esta una consecuencia de la injusticia del mundo. Dios aborrece la pobreza, pero ama al pobre por ser victima de toda estructura de poder.

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El Antiguo Testamento es la base histórica de lo que verdaderamente se haya, la voluntad de Adonai, es el preparatorio fundamental de lo que luego sera el Nuevo Testamento. No se puede comprender la Nueva Alianza que Jesús instituye en la Última Cena, sin estudiar sus raíces que comprende el Pentateuco y por lo mismo la Antigua Alianza. Sus códigos, sus leyes y estatutos los cuales nos enseñan que Yahvé nos transmite a través de estos una nueva sabiduría que transciende a lo humano, de ahí que en ocasiones se acabe un determinado texto con la formula: “El que lea entienda”. Ya que solo los iniciados serán llamados a entender las palabras del Dios viviente. La lectura de los libros sagrados es la confirmación de nuestro espíritu hacia el Dios de la zarza ardiente, que arde sin consumirse. El Dios de las montañas, de las tormentas, de lo tenebroso y oculto. Pero a la vez del despliegue de la misericordia, de la plenitud del “yo” intransferible, de los esclavos que son liberados de Faraón, inclusive de los alejados, a ellos va especialmente dedicadas muchas palabras y discursos de Jesús, ya que para Yhavé nadie le es indiferente. Como diría un filosofo “nada humano me es ajeno”. Y en esto consiste toda la estructura filosófica de las Sagradas Escrituras. Hombres como Pascal, Einstein y otros muchos creyentes, agnósticos, e inclusive ateos, han sido subyugados por la belleza espiritual de las Sagradas Escrituras y la paz que transmite su lectura. La puerta del Qados esta siempre abierta. De par en par como invitándonos a que penetremos en la sabiduría del Reino de los Cielos. Y créanme cuando les digo que si un alejado la penetra por primera vez que ¡que alborozo se produce en el Reino de los cielos, y que alegría! Dios comprende toda situación, toda angustia, todo dolor, penetra hasta el punto de que comprende que alguien le haya dado la espalda. No es fácil entender al Dios que abandona en la cruz a Jesús. Sin embargo, el Padre nunca estuvo más cerca de su Hijo que en esos momentos. Así también nos toca a nosotros experimentar el dolor y el sufrimiento. Solo entregándonos a la luz, obtendremos la luz.

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Jesús y el Padre son lo mismo. Son omnipresentes. No son parte del Todo, sino el Todo mismo. El universo y todo lo que contiene no es Dios. El Padre es omnipresente y por ello se le ve en todas partes. Lo podemos encontrar en la luna, en las estrellas, en la naturaleza, pero el Padre y el Hijo no son la luna, ni las estrellas, ni la naturaleza. Así como el creador de una obra de arte no es la obra misma, sino su Hacedor, independientemente de su obra. Así pues, sucede con Dios y Jesús. Así como Jesús no es Dios. Ni Dios es Jesús.

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Nuestra mente esta llena de ruido y por ello necesitamos el silencio de la noche. El silencio de la introspección, de la oración, de la reflexión. De volvernos a nosotros mismos. De buscar en nuestro interior la paz. De abrir nuestro espíritu a la luz. De dejarnos llevar. De buscar lo sublime. De encontrar la felicidad.

• El EVANGELIO SEGÚN TOMAS (apócrifo)

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