lunes, 20 de mayo de 2019

LA PARTITOCRACIA


LA PARTITOCRACIA

Por

Richard Pacard


Hemos dicho en muchas ocasiones que el partido como organización monopoliza y crea un estado de opinión, la condiciona e influye en la población, es en realidad una estructura de poder, más este se haya limitado por una gran superestructura: el estado. El cual delimita su naturaleza con el animo de controlar su financiación pública, aquellos fondos públicos de que disponen los partidos políticos. El partido no solamente representa -o al menos dicen representar- a la sociedad en su conjunto y sus intereses, sino también en la regulación de ciertos derechos, poseen de esta manera ciertos privilegios a los cuales se les niega a cualquier otra asociación. El partido esta mediatizado por los grupos de interés, actitud esta que ha provocado la corrupción en España en todos los ámbitos de la administración, creándose verdaderas tramas y mafias, a veces al servicio del partido, pero las más de las veces, su objetivo ha sido y sigue siendo el enriquecimiento a nivel personal. Y esto afecta a todos los partidos e ideologías. La corrupción forma parte intrinsica del sistema neoliberal, al fin y al cabo, la ideología que impera en el estado liberal es el monetarismo; por otro lado, al verse influenciado por los grupos de interés y de presión, estos les dictan las leyes que han de aprobar y aplicar, en aras a privilegiar a un sector económico, como puede ser la banca, las compañías eléctricas o energéticas u otros sectores que son relevantes.

Estos grupos de presión provocan a su vez trafico de influencias y favores, negocios y demás prebendas, lo cual hace disminuir la calidad de la democracia, así como que sus instituciones pierdan la confianza del colectivo. De igual manera, tenemos que tener presente que todos los partidos -independientemente de su ideología- son partidos de clase, es decir, defienden los intereses y conveniencias de una determinada clase, en esta conformación estructural de una sociedad clasista, quien sale perjudicado es la clase media, ya que se haya sometida a los poderes facticos; el poder siempre beneficia a los grupos de presión, y estas a las corporaciones multinacionales, empresas, eléctricas y demás oligarquías u tiranías de toda laya y condición. Y aunque con matices, siempre la derecha defenderá al fuerte frente al débil, las izquierdas protegerán los derechos de los más débiles, en este caso, en España representan a la clase media Podemos y PSOE. Esa clase media tan quebrantada tras la crisis del año 2008.

Pese a todo lo reseñado hasta ahora, cabe constatar que en un contexto capitalista, no nos debería de sorprender la deriva del actual régimen ¿democrático? Más bien partitocratico, cada día más deteriorado por unos partidos, a los cuales les sobrepasa el avance inexorable de la historia. El actual régimen democrático, posee en su esencia todas las formas de una democracia; las formas quizás... la realidad nos ofrece día a día un contexto sociopolítico totalmente diferente. Y no olviden, que toda estructura de poder, y los partidos también lo son, siempre rinden pleitesia a sus amos, y sus amos están en bruxelas, y allí se hayan representados toda la oligarquía europea. Toda esta situación, como viene siendo la crisis del 2008, así como sus más inmediatas consecuencias, ha sido una conspiración entre las oligarquías de Europa y Estados Unidos, con el objetivo de crear las condiciones idóneas para desmantelar, las estructuras macroeconómicas de los pueblos, en orden de hacerlos dependientes de los grandes capitales; por lo cual la crisis del 2008 tiene un marcado sesgo ideológico, es decir, el capitalismo triunfante, al cual toda nuestra clase política se ha arrodillado, cual nuevo becerro de oro.

El abstencionismo electoral que algunos ciudadanos aplican en las elecciones, no es debido en muchas ocasiones aún abandono de la política, pero tampoco a un hipotético deseo de no molestarse en acudir a las urnas; la abstención es una opción política como otra cualquiera, es un modo de protesta, de quien se sabe demasiado débil para luchar contra las estructuras de poder; cuando el ciudadano observa como las estructuras políticas, es decir, los partidos políticos, no le representan, o bien por que constata que no le ofertan lo que el necesita o porque existe un desanimo hacía la corrupción sistémica entre los partidos, las minorías abstencionistas no acuden a las urnas ya que no creen que su voto pueda influir, no solamente en la mejora de la solución de los problemas, sino también en la conformación de un cambio a nivel estructural. En los modos y en las maneras. Habría mucho de que hablar y debatir sobre los modos y maneras de una campaña electoral. Encontrándose el ciudadano alejado de la política, sin embargo, le interesa como he relatado, demasiado la política. Y ello es debido -ese divorcio existente, entre el colectivo y la clase política- tiene una base lógica, y es que las estructuras se hayan encerradas en su circulo concentrico, alejados en muchas ocasiones de las necesidades, anhelos, esperanzas y verdaderos deseos de una gran minoría.

El partido como representante de la sociedad civil son maquinarias o estructuras cuyo objetivo es ganar elecciones, fueren estas las que fueren, y hacer suyo el estado, es decir, la conquista del poder, conformarlo en defensa de la clase que representan; en los últimos tiempos en España se esta viviendo un proceso de enfrentamiento dialéctico, para de esta forma ganarse el favor del colectivo, y obtener la victoria final. En realidad prevalece la naturaleza clasista del partido, solo gobernando para una parte de la población. Además estos se hayan influenciados por los grupos de interés político, que hacen prevalecer el interés del partido por encima del bien común y por lo mismo de la nación.

La campaña electoral permanente asemeja a una feria donde los que gritan y los que insultan provocan un ambiente agresivo y una imagen inmoral de la clase política e indudablemente esto se materializa en una perdida de calidad democrática, poco dice la clase política de si misma, si para ganarse el voto del ciudadano, debe recurrir a los ataques políticos y personales contra su adversario. Lo que quizás ansía el colectivo es oír propuestas, programas y no insultos, bulos e hipocresía. Quienes esto hacen no conocen al colectivo, o tienen una imagen deteriorada del ser de la nación española, son aquellos que se llenan de la palabra: España. ¿Verdaderamente aman a España y a los españoles? Yo lo dudo. Aman a España, sin embargo, han sido los primeros en aplicar políticas de recortes y austeridad, incluso haciendo peligrar las pensiones, ¿y esos son los que aman a los españoles? Lo dudo. Esos que aman a España no han tenido ningún escrúpulo en rescatar a los bancos, esos que aman a España no han tenido ningún escrúpulo en robar en el fondo de las pensiones, me refiero al Partido Popular, y a todos los partidos de derechas que han convertido la campaña electoral en un estercolero. Por encima de esto sobresale la moderación de Pablo Iglesias, su evolución política contrasta con el cinismo y la hipocresía del resto de partidos, creo que él puede ser el hombre que necesitamos, y que la historia en muchas ocasiones nos brinda para iniciar un nuevo orden. Le he visto en alguna ocasión como se ponía en defensa de los pensionistas, frente a los antidisturbios, quien hace esto no es una mala persona, tiene honor y le importa el “otro”, le importamos, y esto es lo que debemos tener en cuenta a la hora de depositar nuestro voto en la urna. Pablo Iglesias es nuestro hombre. Adelante, siempre adelante.

Antonio Torres del Moral en su libro “Estado de Derecho y Democracia de Partidos” lección 5. Pag. 113. El estado internacionalmente integrado. El tema “sociedad y política transnacional”. Habla del termino “sociedad transnacional”. Cuando yo afirmo que las organizaciones transnacionales están alejados de los intereses y deseos de los pueblos. Yo sustituyo la palabra “sociedad” por “oligarquía” u “élites”, los cuales conforman un sistema complejo de intereses macroeconómicas de dominio y opresión. No solo influye en lo económico y en lo político, sino también en los estilos de vida posmodernos. De hecho el transnacionalismo solamente le interesa a las élites, pero en ningún momento a los estados-nación, ya que solamente representa a los grandes capitales, excluyendo de sus decisiones a los pueblos. Lo que las conforma como organizaciones antidemocráticas.

La crisis del estado-nación esta siendo provocada por organizaciones supranacionales, como por ejem: el Club de Roma. El único objetivo del proyecto europeo es el de acabar con el estado-nación fragmentando a todos los pueblos y sociedades a través de sus instituciones. El colectivo o los diversos colectivos nacionales siguen resistiéndose a ser absorbidos, por que en su fuero interno sigue prevaleciendo el sentimiento nacional y el patriotismo por encima de intereses espurios. Por otra parte, asistimos al reconocimiento diferenciador, a nivel interno, en algunas naciones a nivel internacional y regionales, son los casos de: Escocia, Corcega, País Vasco, Cataluña.
La fuerza del estado-nación es ese sentimiento de resistencia frente al exterior y unidad y cohesión en el interior, como contrapeso a las estructuras y superestructuras transnacionales, las cuales -como ya hemos dicho en estas páginas- son antidemocráticas, ya que anhelan el poder absoluto y la implementación de una dictadura macroeconómica, que se haya en estos momentos implantada. La democracia es formal, no real. El mundo se haya dividido entre dos tendencias: el transnacionalismo y el nacionalismo en todos sus ámbitos. En realidad nuestra democracia es una partitocracia, donde es el partido el que prevalece, como monopolio, contra los intereses del colectivo. El cual solo es llamado a las urnas para la elección de un gobierno. En realidad, el europeismo del que hace gala nuestra clase política, esconde la verdadera intención de arrodillarse ante las instituciones europeas. Y si se arrodillan ante las instituciones europeas, se arrodillan ante las oligarquías mundiales. Ante el becerro de oro.

BIBLIOGRAFIA. RECOMENDAMOS.

FUENTE GENERAL DE CONTENIDOS: Estado de derecho y democracia de partidos. Autor: Antonio Torres del Moral. Catedrático de derecho político. Servicio de publicaciones de la Facultad de Derecho. Universidad complutense. Madrid, 1991.

17 de Mayo de 2019. Galicia. A Coruña. Día das letras gallegas. 2019. Antonio Fraguas. A festa popular en Galicia (1995).

MAREA ATLANTICA. CUESTIÓN DE CONFIANZA. 26M. ELECCIONES MUNICIPALES. A CORUÑA. 2019.

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