jueves, 22 de marzo de 2018

CONSIDERACIONES Y REFLEXIONES DE UNA CRISIS SISTEMICA

CONSIDERACIONES Y REFLEXIONES DE UNA CRISIS SISTEMICA Por RICHARD PACARD La sociedad capitalista viene determinada por las clases sociales, es decir, el sistema capitalista estructura a la misma sociedad en clases sociales, pero solo un grupo social es el que logra imponer su poder y dominar a los demás grupos sociales; la clase dominante se apodera y accede a los recursos básicos controlando el proceso de producción así como el de distribución y mercantilización, controlando el mercado y fijando precios y estrategias comerciales. Este grupo de privilegiados representan una minoría que poseen en sus manos el poder económico y político. Más hemos de identificar dentro de este grupo de privilegiados, las fracciones o subdivisiones, que se dividen en sus muchas actividades, formando parte de una sola clase dominante; dejemos de lado lo de complicar más lo que ya es muy complejo y enmarañado, aunque sin embargo dentro de su complejidad se conforma de manera muy simple. Las fracciones de clase de privilegiados se identifican por sus actividades: financiera, comercial e industrial. Ellos son los responsables de la mayoría de las crisis económicas que asolan a una determinada sociedad. Este fraccionamiento de grupo más la fragmentación y a su vez la sub-fragmentación crea a su vez intereses contrapuestos. De esta manera crean a su vez subdivisiones con lo cual la sociedad misma se fragmenta logrando perdidas de cuotas de poder. El mismo individualismo es un agente cuyo objetivo persigue la disolución del “Yo” colectivo, banalizando las relaciones seudo-personales y da bastante protagonismo a lo sentimental y subjetivo, por encima de lo racional y objetivo. De esta manera la sociedad se desguaza, ya no forman un todo orgánico y coherente, es ahí en ese cuerpo inorgánico donde se pierde fuerza y poder. Lo primero que desaparece es un criterio de orientación racional, para ello sirve la publicidad que machaconamente nos realiza un lavado de cerebro, de ese modo entrar en un proceso de desintegración, borrando de nuestras mentes la capacidad de análisis, para de esta forma ser víctimas de las modas y los productos que nos impongan. Tales procesos no se llevan a cabo solamente en lo económico, también en lo político y en lo social. En realidad son los amos de nuestra alma y de nuestra mente. Esto nos limita en nuestro libre albedrio, en nuestra libertad. El individuo se basa en lo sentimental y este le esclaviza, le disuelve la parte social; así de esta forma le abre la puerta a todo tipo de ideas subjetivas y ello le resta espíritu crítico, apto para caer en manos de desaprensivos que le prometen el paraíso en la tierra. El poder político moderno lo representa en la actualidad el partido, estructura de poder concebido única y exclusivamente para la consecución de la conquista del estado y para el mantenimiento del mismo en el gobierno el mayor tiempo posible. En teoría el partido es el representante genuino de la opinión popular, de una parte de él, no de la totalidad de la comunidad nacional, sino de aquellos que tienen unos valores e ideas semejantes a los que el partido representa. El partido funciona en su estructura organizativa de manera parcial, excluyente, sectaria y clasista. Es de naturaleza desintegradora y atomiza a la sociedad en dos o más formas de concebir la vida. El pecado del partido es que representa a una determinada clase social y de esta manera conforma, sostiene y da vida a una sociedad débil. No intentan transformar la sociedad, si no servirse de ella para mantener su poder frente a quienes dicen representar. Hay entre la sociedad civil muchas deserciones y desinterés por parte de una ciudadanía que se siente defraudada por una clase política y una democracia que originan más problemas que soluciones. Más el poder real la tiene en sus manos la clase dominante que hace de la mentira y la expoliación su medio de vida. El mercado y el comercio se sirven de la mentira, la codicia y el robo. La ideología es el cuerpo orgánico de las estructuras de poder que justifica toda la racionalidad de una determinada clase social. Pero no solo a nivel político sino también a nivel religioso o filosófico. Es la determinación histórica de una verdad que ha transcendido a un grupo y en cierta medida ha triunfado. El individuo necesita –en este sentido- llenar el vacío espiritual que obliga a este a creer en unos principios o un esquema de valores que resuelva de alguna manera la angustia vital, no hay civilización ni sociedad en el mundo ni en ninguna época que no se haya planteado la resolución de esa angustia vital y no haya sido impelido para resolverla de alguna manera, bien afirmándola, bien negándola, más siempre ha sucedido que cuando se resuelve de manera negacionista, dicha sociedad o civilización han caído irremediablemente. El hombre se halla estructurado de manera que tenga que creer en algo, que fabrique sus propios mitos y símbolos, que tenga fe en un conjunto de ideas, conceptos e imágenes. Es la diferencia entre la animalidad y la humanización, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que el hombre en su interior, en lo más profundo de su ser, ansia el retorno al paraíso perdido. Aunque el individuo no sea consciente de ello. Allí donde no haya que trabajar para sobrevivir, donde las guerras y las injusticias, la enfermedad y la misma muerte hayan sido una pesadilla, y hallamos despertado en un mundo feliz. Todos en nuestro corazón lo hemos ansiado de alguna manera, aunque siempre entre tinieblas y penumbras. Estamos solos en el universo y ello nos abruma. Lo tenemos todo a nuestro alcance pero también lo ignoramos todo. ¿Acaso podremos volver a los orígenes? ¿Quizás sea esa la única razón de nuestra existencia? Quizás… todo lo que sabemos no son más que meras especulaciones; la misma ciencia política es una búsqueda de la perfección o lo que es lo mismo: el retorno al paraíso perdido. Quizás esté más cerca de lo que creemos. ¿Cuál es la Verdad? Esa es la pregunta eterna que transciende todos los tiempos y todas las generaciones, más esta aún no ha sido contestada. Quizás nunca lo sea. Demasiada incertidumbre para un mundo que se acerca a su fin. Dicen que el futuro lo hacemos nosotros, que nosotros somos los dueños absolutos de nuestro destino. Yo no lo tengo tan claro. Demasiada confusión en el mundo. Demasiada incertidumbre. Demasiada soledad y sufrimiento. ¡Hay tanto dolor en el mundo! ¡Hay tanto por hacer! En la necesidad inherente en el hombre de creer en algo, en la construcción de mitos y símbolos se encuentra la religión, el individuo necesita creer en alguien superior a él. Siente en su centro la necesidad de cubrir ese vacío, ese algo que transcienda más allá de la individualidad, conformando un universo subjetivo. La misma crisis de la presente civilización se enmarca en este esquema, en el cual el futuro se le antoja lleno de incertidumbre. El miedo atávico le mueve a volver a la iglesia o al Dios de su infancia, un Dios que le promete el retorno al paraíso perdido y la salvación más allá del tiempo, para muchos representa la última utopía. El cristianismo tiene sus raíces en el judaísmo, el primero supuso una revolución en aquel contexto y en aquel siglo; muy pocos conocen los fundamentos y orígenes del cristianismo, sus raíces se hunden en la secta de los esenios (*). El mismo Jesús de Nazaret era miembro de dicha organización. El cristianismo encuentra seguidores entre los pobres, los desempleados, la población campesina, los excluidos, por ello se sintieron subyagados por el mensaje de Cristo. Por ello ese mensaje que es en sí mismo una idea-fuerza totalizante ha transcendido los tiempos. Dos mil años después el mensaje de Cristo sigue subyagandonos, independientemente de que seas creyente o ateo. Y su influencia en el mundo de hoy sigue siendo determinante. Los valores en los que se asentaba nuestra civilización eran cristianos. Que es en definitiva las raíces en las cuales se basaba Europa. Eran un parapeto contra la usura, la codicia, y la avaricia de los más poderosos. Ahora el anticristo (el capitalismo) hace y deshace lo que le interesa a las multinacionales. Y su influencia se hace notar en forma de desahucios, excluidos sociales y demás injusticias sistémicas. El cristianismo primitivo era comunista, poco tiempo después de la muerte del Maestro. En las comunidades cristianas del siglo I no existía la propiedad privada. La comunidad se encargaba de la distribución para cubrir las necesidades que tenían sus miembros. TODO ES DE TODOS, NADA ES DE NADIE. Después como sabemos por la historia, pasaron otras cosas y el cristianismo se convirtió en una estructura de poder traicionando de esta manera el mensaje de Cristo, y en eso tuvo mucho que ver la historia de la Iglesia Católica. Ahora el catolicismo forma parte del sistema por lo mismo es el judas del siglo XXI. El individuo por su propia naturaleza ha de ser antisocial, donde prevalece el Yo personal e intransferible y desconoce completamente la necesidad de agruparse para bien de la comunidad, ya que se halla esclavizado integramente por sus sentimientos primarios y la mayoría de las veces irracionales. En esto defiendo la tesis de Thomas Hobbes y el principio de auto-conservación. El individuo es incapaz por sí mismo de autoorganizarse por un bien colectivo, por un bien superior a si mismo que lo transciende más allá de las fronteras de su propia individualidad; la mayoría de su existencia está amarrado y anclado por sus sentimientos y hundido en relaciones inferiores, viviendo bajo un orden de alienación perpetua, ya que observa los efectos y las consecuencias del contexto de una determinada época, pero al carecer de capacidad de discernir la causa de todas las variables que se presentan en la vida ordinaria, encerrado como esta en su rutina diaria no atisba a ver más allá de sí mismo. Ello ayuda a la inacción, a la pasividad y al concepto de una sociedad burguesa, aceptando los contravalores del capitalismo; la misma sociedad se aliena y se vuelve autista, ya que no es consciente del contexto global, por lo que acepta y obedece a sus amos aceptando la esclavitud como un hecho biológico inalterable. El conservadurismo siempre ha temido al creciente poder de las masas y por lo tanto ser contrario al sistema democrático, es la ideología del capitalismo, y este es contrario a la formación del colectivo, hablamos no de una formación reglada, sino de una formación integral del individuo, ya que esto acabaría con el sistema del ordenamiento de la sociedad por clases. Así pudieron conformar la idea del Darwinismo social y equiparar al ser humano igual que a los animales, basado en la selección de los mejor dotados, así como en la selva el mejor dotado es el que sobrevive, en la selva macroeconómica el fuerte es el que come al débil hasta el aniquilamiento. El Darwinismo social imperante en nuestra sociedad se le conoce como competitivo, es la terminología inhumana del Darwinismo social, amoral, sin escrúpulos, donde el individuo es preparado para ser un depredador sin conciencia, lo malo de todo ello es que el estado capitalista autoriza y secunda el juego competitivo. El Darwinismo social imperante en nuestra sociedad es totalmente cerrado y totalmente determinista, destinado a promover los valores burgueses del individualismo, la competición y la desigualdad. ¡Cuidado con la terminología en uso! El sistema juega siempre a hacernos un lavado de cerebro, y suplantar una terminología por otra. No caigamos en la trampa que nos tienden a través de los medios de comunicación de masas, en los cuales se aplica constantemente una terminología desvirtuada y adulterada: (consumidor/ciudadano)=consumidor frente a ciudadano, o también de igual manera (individuo / persona)= individuo frente a persona) o (competición/cooperación)= competición frente a cooperación. No somos meramente consumidores que lo único para lo que vivimos es para comprar y pagar (toda clase de recibos y facturas) y más facturas, nos convierten así en lo que la ciencia política viene a denominar (el rebaño domesticado). Con el uso y abuso de estas palabras y de esta terminología intentan pervertir nuestra conciencia para introducir en nuestra mente la mentalidad de esclavos y la aceptación de que nosotros, el pueblo, no estamos nada más que para comprar y pagar; que nuestra existencia solamente se basa en lo que ellos determinan: multinacionales, empresas, mercado. Tampoco somos individuos de un rebaño domesticado, para satisfacer las ansias y los intereses de las distintas oligarquías, como desean los capitalistas. Recuérdese que en el término (individuo) siempre se esconde la gran burguesía, el individuo aunque yo lo he usado muchas veces es para aclarar el concepto del término “individuo” que tiene el sistema. El individuo en verdad es parte del rebaño domesticado; los individuos carecen de capacidad de análisis para decidir sobre cuestiones superiores. De la misma manera carecen de espíritu crítico. No son capaces de cuestionar su entorno. Aceptan sin más, cualquier sistema por tirano y salvaje que sea. La persona es todo lo contrario del individualismo y del término ciudadano, portadores de derechos y obligaciones nos hacen cuestionar y percibir donde se hallan nuestros límites y nuestra libertad. No voy a extenderme en esto pues alargaría este artículo. El otro día vi como gran una muchedumbre en toda España se ha manifestado por sus pensiones con gran fuerza, es la fuerza de nuestros mayores, de nuestros abuelos, que defendían a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestros nietos y el de futuras generaciones. Poco después salieron todas las mujeres a la calle contra la desigualdad de género y la salarial. Pues toda esta muchedumbre, toda esta fuerza, es un poder constituido; ¿Sera posible que el pueblo comience a despertar y halla por fin comprendido, que solamente con la fuerza de una gran marea puedan derribar regímenes, sistemas y gobiernos? Nuestra fuerza está en el número; espero que no sea algo coyuntural, flor de un día, espero con toda esperanza que a la acción de los pensionistas, la columna más débil de la sociedad, sea el referente y el ejemplo que debemos seguir en el futuro. Ni un paso atrás, ninguna concesión al enemigo, ya que el único objetivo de este es anular el estado del bienestar y por el camino la misma democracia. Sería una bombona de oxigeno al capitalismo agonizante. Tenemos un arma muy grande, pues la misma democracia nos da la posibilidad de votar opciones que representen a los pobres, a los desempleados, a los excluidos sociales, etc. Tenemos la obligación moral de derribar mediante las urnas y pacíficamente a este gobierno derechista, y desterrar para siempre sus políticas antisociales. No cejemos en la lucha hasta la victoria final. No solo han de salir a la calle los pensionistas, han de salir a la calle otras reivindicaciones como por ejemplo: la Renta Básica Universal, para de esta forma conquistar una parcela de poder para los trabajadores, ya que poseyendo una renta garantizada, sería una cuota de poder en la cual los trabajadores y empleados impondrían sus condiciones laborales al mercado. Supondría el traslado de una parte del poder, de las grandes estructuras a los empleados. Hemos de inundar las calles por tiempo indefinido hasta derrocar al gobierno. Se hace necesario un cambio absoluto en todas las instancias. Y que ello sirva de referente para Europa y sus malogradas instituciones. Bibliografía: Recomendamos: 1. Principios de Estratificación (1945). K. Davis y W. E. Moore. 2. La dominación. V. Pareto y G. Mosca. 3. La teoría pluralista. J.A. Schumpeter y R. Aron. 4. La República. de Platón. 5. La Política. de Aristóteles. 6. (*). Esenios. Cuyo nombre proviene del hebreo ´osei ha-tora, (seguidores de la ley). Historia del judaísmo en la época del Segundo Templo. Paolo Sacchi. Trotta. 2004. Historia. Nº 88. National Geographic. Portada de la revista: Los manuscritos del mar muerto. La biblioteca oculta de las cuevas de Qumrán.