LA
PARTITOCRACIA
Por
Richard
Pacard
Hemos
dicho en muchas ocasiones que el partido como organización
monopoliza y crea un estado de opinión, la condiciona e influye en
la población, es en realidad una estructura de poder, más este se
haya limitado por una gran superestructura: el estado. El cual
delimita su naturaleza con el animo de controlar su financiación
pública, aquellos fondos públicos de que disponen los partidos
políticos. El partido no solamente representa -o al menos dicen
representar- a la sociedad en su conjunto y sus intereses, sino
también en la regulación de ciertos derechos, poseen de esta manera
ciertos privilegios a los cuales se les niega a cualquier otra
asociación. El partido esta mediatizado por los grupos de interés,
actitud esta que ha provocado la corrupción en España en todos los
ámbitos de la administración, creándose verdaderas tramas y
mafias, a veces al servicio del partido, pero las más de las veces,
su objetivo ha sido y sigue siendo el enriquecimiento a nivel
personal. Y esto afecta a todos los partidos e ideologías. La
corrupción forma parte intrinsica del sistema neoliberal, al fin y
al cabo, la ideología que impera en el estado liberal es el
monetarismo; por otro lado, al verse influenciado por los grupos de
interés y de presión, estos les dictan las leyes que han de aprobar
y aplicar, en aras a privilegiar a un sector económico, como puede
ser la banca, las compañías eléctricas o energéticas u otros
sectores que son relevantes.
Estos
grupos de presión provocan a su vez trafico de influencias y
favores, negocios y demás prebendas, lo cual hace disminuir la
calidad de la democracia, así como que sus instituciones pierdan la
confianza del colectivo. De igual manera, tenemos que tener presente
que todos los partidos -independientemente de su ideología- son
partidos de clase, es decir, defienden los intereses y conveniencias
de una determinada clase, en esta conformación estructural de una
sociedad clasista, quien sale perjudicado es la clase media, ya que
se haya sometida a los poderes facticos; el poder siempre beneficia a
los grupos de presión, y estas a las corporaciones multinacionales,
empresas, eléctricas y demás oligarquías u tiranías de toda laya
y condición. Y aunque con matices, siempre la derecha defenderá al
fuerte frente al débil, las izquierdas protegerán los derechos de
los más débiles, en este caso, en España representan a la clase
media Podemos y PSOE. Esa clase media tan quebrantada tras la crisis
del año 2008.
Pese
a todo lo reseñado hasta ahora, cabe constatar que en un contexto
capitalista, no nos debería de sorprender la deriva del actual
régimen ¿democrático? Más bien partitocratico, cada día más
deteriorado por unos partidos, a los cuales les sobrepasa el avance
inexorable de la historia. El actual régimen democrático, posee en
su esencia todas las formas de una democracia; las formas quizás...
la realidad nos ofrece día a día un contexto sociopolítico
totalmente diferente. Y no olviden, que toda estructura de poder, y
los partidos también lo son, siempre rinden pleitesia a sus amos, y
sus amos están en bruxelas, y allí se hayan representados toda la
oligarquía europea. Toda esta situación, como viene siendo la
crisis del 2008, así como sus más inmediatas consecuencias, ha sido
una conspiración entre las oligarquías de Europa y Estados Unidos,
con el objetivo de crear las condiciones idóneas para desmantelar,
las estructuras macroeconómicas de los pueblos, en orden de hacerlos
dependientes de los grandes capitales; por lo cual la crisis del 2008
tiene un marcado sesgo ideológico, es decir, el capitalismo
triunfante, al cual toda nuestra clase política se ha arrodillado,
cual nuevo becerro de oro.
El
abstencionismo electoral que algunos ciudadanos aplican en las
elecciones, no es debido en muchas ocasiones aún abandono de la
política, pero tampoco a un hipotético deseo de no molestarse en
acudir a las urnas; la abstención es una opción política como otra
cualquiera, es un modo de protesta, de quien se sabe demasiado débil
para luchar contra las estructuras de poder; cuando el ciudadano
observa como las estructuras políticas, es decir, los partidos
políticos, no le representan, o bien por que constata que no le
ofertan lo que el necesita o porque existe un desanimo hacía la
corrupción sistémica entre los partidos, las minorías
abstencionistas no acuden a las urnas ya que no creen que su voto
pueda influir, no solamente en la mejora de la solución de los
problemas, sino también en la conformación de un cambio a nivel
estructural. En los modos y en las maneras. Habría mucho de que
hablar y debatir sobre los modos y maneras de una campaña electoral.
Encontrándose el ciudadano alejado de la política, sin embargo, le
interesa como he relatado, demasiado la política. Y ello es debido
-ese divorcio existente, entre el colectivo y la clase política-
tiene una base lógica, y es que las estructuras se hayan encerradas
en su circulo concentrico, alejados en muchas ocasiones de las
necesidades, anhelos, esperanzas y verdaderos deseos de una gran
minoría.
El
partido como representante de la sociedad civil son maquinarias o
estructuras cuyo objetivo es ganar elecciones, fueren estas las que
fueren, y hacer suyo el estado, es decir, la conquista del poder,
conformarlo en defensa de la clase que representan; en los últimos
tiempos en España se esta viviendo un proceso de enfrentamiento
dialéctico, para de esta forma ganarse el favor del colectivo, y
obtener la victoria final. En realidad prevalece la naturaleza
clasista del partido, solo gobernando para una parte de la población.
Además estos se hayan influenciados por los grupos de interés
político, que hacen prevalecer el interés del partido por encima
del bien común y por lo mismo de la nación.
La
campaña electoral permanente asemeja a una feria donde los que
gritan y los que insultan provocan un ambiente agresivo y una imagen
inmoral de la clase política e indudablemente esto se materializa en
una perdida de calidad democrática, poco dice la clase política de
si misma, si para ganarse el voto del ciudadano, debe recurrir a los
ataques políticos y personales contra su adversario. Lo que quizás
ansía el colectivo es oír propuestas, programas y no insultos,
bulos e hipocresía. Quienes esto hacen no conocen al colectivo, o
tienen una imagen deteriorada del ser de la nación española, son
aquellos que se llenan de la palabra: España. ¿Verdaderamente aman
a España y a los españoles? Yo lo dudo. Aman a España, sin
embargo, han sido los primeros en aplicar políticas de recortes y
austeridad, incluso haciendo peligrar las pensiones, ¿y esos son los
que aman a los españoles? Lo dudo. Esos que aman a España no han
tenido ningún escrúpulo en rescatar a los bancos, esos que aman a
España no han tenido ningún escrúpulo en robar en el fondo de las
pensiones, me refiero al Partido Popular, y a todos los partidos de
derechas que han convertido la campaña electoral en un estercolero.
Por encima de esto sobresale la moderación de Pablo Iglesias, su
evolución política contrasta con el cinismo y la hipocresía del
resto de partidos, creo que él puede ser el hombre que necesitamos,
y que la historia en muchas ocasiones nos brinda para iniciar un
nuevo orden. Le he visto en alguna ocasión como se ponía en defensa
de los pensionistas, frente a los antidisturbios, quien hace esto no
es una mala persona, tiene honor y le importa el “otro”, le
importamos, y esto es lo que debemos tener en cuenta a la hora de
depositar nuestro voto en la urna. Pablo Iglesias es nuestro hombre.
Adelante, siempre adelante.
Antonio
Torres del Moral en su libro “Estado de Derecho y Democracia de
Partidos” lección 5. Pag. 113. El estado internacionalmente
integrado. El tema “sociedad y política transnacional”. Habla
del termino “sociedad transnacional”. Cuando yo afirmo que las
organizaciones transnacionales están alejados de los intereses y
deseos de los pueblos. Yo sustituyo la palabra “sociedad” por
“oligarquía” u “élites”, los cuales conforman un sistema
complejo de intereses macroeconómicas de dominio y opresión. No
solo influye en lo económico y en lo político, sino también en los
estilos de vida posmodernos. De hecho el transnacionalismo solamente
le interesa a las élites, pero en ningún momento a los
estados-nación, ya que solamente representa a los grandes capitales,
excluyendo de sus decisiones a los pueblos. Lo que las conforma como
organizaciones antidemocráticas.
La
crisis del estado-nación esta siendo provocada por organizaciones
supranacionales, como por ejem: el Club de Roma. El único objetivo
del proyecto europeo es el de acabar con el estado-nación
fragmentando a todos los pueblos y sociedades a través de sus
instituciones. El colectivo o los diversos colectivos nacionales
siguen resistiéndose a ser absorbidos, por que en su fuero interno
sigue prevaleciendo el sentimiento nacional y el patriotismo por
encima de intereses espurios. Por otra parte, asistimos al
reconocimiento diferenciador, a nivel interno, en algunas naciones a
nivel internacional y regionales, son los casos de: Escocia, Corcega,
País Vasco, Cataluña.
La
fuerza del estado-nación es ese sentimiento de resistencia frente al
exterior y unidad y cohesión en el interior, como contrapeso a las
estructuras y superestructuras transnacionales, las cuales -como ya
hemos dicho en estas páginas- son antidemocráticas, ya que anhelan
el poder absoluto y la implementación de una dictadura
macroeconómica, que se haya en estos momentos implantada. La
democracia es formal, no real. El mundo se haya dividido entre dos
tendencias: el transnacionalismo y el nacionalismo en todos sus
ámbitos. En realidad nuestra democracia es una partitocracia, donde
es el partido el que prevalece, como monopolio, contra los intereses
del colectivo. El cual solo es llamado a las urnas para la elección
de un gobierno. En realidad, el europeismo del que hace gala nuestra
clase política, esconde la verdadera intención de arrodillarse ante
las instituciones europeas. Y si se arrodillan ante las instituciones
europeas, se arrodillan ante las oligarquías mundiales. Ante el
becerro de oro.
BIBLIOGRAFIA.
RECOMENDAMOS.
FUENTE
GENERAL DE CONTENIDOS: Estado de derecho y democracia de partidos.
Autor: Antonio Torres del Moral. Catedrático de derecho político.
Servicio de publicaciones de la Facultad de Derecho. Universidad
complutense. Madrid, 1991.
17
de Mayo de 2019. Galicia. A Coruña. Día das letras gallegas. 2019.
Antonio Fraguas. A festa popular en Galicia (1995).
MAREA
ATLANTICA. CUESTIÓN DE CONFIANZA. 26M. ELECCIONES MUNICIPALES. A
CORUÑA. 2019.