lunes, 15 de julio de 2019

DEMOGRACIA


DEMOGRACIA
Por
REI

¿Cómo pillar una esfera de metal de un metro de diámetro con unas pinzas de depilar?”

Parece ser que el sistema de participación representativa o indirecta lo tiene claro.

La esfera sería el pueblo, que mantiene una forma estructural basada en su propio movimiento. Al igual que los cantos rodados de un río, las imperfecciones o aristas de las rocas, se van moldeando con el tiempo para asentarse en el lecho, sin oponer resistencia a las corrientes venideras. La tendencia del mundo tal y como lo conocemos, es a no oponer resistencia a las fuerzas que se ejercen sobre los cuerpos, tanto celestes como terrenales. De esta manera, el universo se compone de “elementos” redondos, en su gran mayoría. La aerodinámica es la consagración de todo movimiento, que a su vez es parte de la vida. No hay vida sin movimiento.

Las sociedades actuales tienen diferentes formas, pero todas ellas comparten un elemento común, que es una estructura que les confiere la posibilidad de avanzar en el tiempo, de una manera armónica y reduciendo los rozamientos a la mínima expresión.

El poder del pueblo de dirigir sus propios movimientos, se le conoce como democracia directa o pura, sin necesidad de representantes. La gran esfera dirige su trayectoria de manera participativa y continua en la toma de decisiones, para fluir por un cauce en el que todas las partes de la esfera no encuentren oposición a sus vidas.

La manera de desvincular al pueblo de estas decisiones surge con lo que se conoce como democracia indirecta o representativa, en la cual se eligen unos representantes que en la teoría dirigirán la gran bola de manera conveniente para ella. Pero la única decisión que toma el pueblo de manera directa, es la elección de estos líderes populares cada cierto tiempo. El objeto de este sistema es delegar la responsabilidad de un pueblo, a tomar sus propias decisiones, tanto en cuanto sus representantes dirigen la bola a su antojo y beneficio. Como los líderes saben en su fuero interno que el poder siempre lo tendrá el pueblo, utilizan las pilas de depilar a modo de palanca correctora, para condicionar la órbita del mismo. A esto se le conoce como la ley, que viene a ser como regla o norma, un factor constante e invariable de las cosas. Es decir, que las leyes físicas del universo, mantienen siempre su constante e invariabilidad. Las piedras según la ley de la gravedad siempre caen para abajo. Curiosamente las leyes humanas no es que lleven ahí desde el principio de los tiempos, y alguien le haya dado nombre y explicación. A veces la piedra cae hacía arriba, otras muchas para el lado, y casi siempre nunca para abajo que sería lo natural.

La justicia se ve representada por una balanza, es la que marca el equilibrio entre dos partes, y esta es la realmente verdadera y de obligado cumplimiento. Cuando esto ocurre, las sociedades mantienen su salud e integridad.

Cuando los representantes dictan leyes, sólo es para mantener su poder de guía de las esferas que dominan, y esta falta de responsabilidad del populacho, es la que deriva en sociedades oprimidas y carentes de libertad. Estas leyes son causantes de conflictos entre las diferentes partes de una sociedad, y mientras estas rivalizan defendiendo sus intereses, sus representantes siguen formulando nuevas normas que generen nuevos conflictos. La presión de las pinzas sobre la esfera, hace que esta se raye allá por donde se tocan, y surjan daños colaterales de difícil regeneración. Personas que en su vida diaria se vean atenazadas por un devenir feliz y complaciente, de un mundo que cada vez ejerce presión sobre las capas más externas de la sociedad, que son las que se exponen más a estas fricciones. Las partes internas de la gran bola se ven menos afectadas, ya que están protegidas por las que sufren el movimiento de sus partes de manera directa. Son las más expuestas a los condicionantes externos impuestos por esas leyes humanas.

¡Que forma tan sencilla tiene el diablo de controlar las almas de tantos seres humanos, con una simple palabra y un par de privilegios terrenales para sus esclavos!

El pescador realiza sus tareas en los caladeros de manera sostenible para garantizar su vida, y la de los suyos, hasta que unas leyes económicas esquilman a los mismos y matan también la forma de vida de tantos hombres; estos se ven obligados a su autodestrucción. Preguntémonos pues, ¿quién toma la responsabilidad de asumir unas normas, que tienden a la degeneración de nuestro propio mundo? ¿Será el pescador doblegado a acatar un sistema de participación indirecta a través de sus representantes? ¿o serán estos líderes consumidos por su propio beneficio terrenal, y sirvientes del mismísimo Lucifer?


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