COSAS
DE LA VIDA
(5)
Por
ROBLE
A
Mirta, le gustaba comprar el café recién tostado y en grano. Esto
lo había heredado de su abuela. De toda la vida se compraba en el
Trópico. Siempre que pasaba por el tostador, la acera tenía ese
aroma tan singular. Aquella tarde de invierno, se dispuso a moler. El
aparato eléctrico, no quiso hacer su trabajo. ¿Que hacer? Recordó
que en el desván, entre los trastos, podía recuperar el molinillo
de la abuela. El desván aunque ordenado, estaba abarrotado de cosas
que no usaban, pero que daba pena deshacerse de ellos. Abrió algunas
cajas, pensando donde estaría aquel molinillo. En una de las cajas,
había un álbum de fotografías. Se vio hojeando aquel libro de otro
tiempo, años que habían pasado, que quedaron plasmados.
Se
sorprendió al ver una fotografía de ella cuando tendría como ocho
años. Al verla, vinieron a Mirta, recuerdos que casi había
olvidado. En la fotografía la niña estaba en la tierra plantando
unas flores, guiada por la abuela. Sus manos estaban llenas de
tierra. La abuela estaba radiante de alegría y satisfacción al
verla. Le hizo la fotografía. Después la cogió de la mano y
entraron para limpiarse. La tierra no se iba de las uñas. Entonces
la abuela con mimo, usó un cepillo de uñas, y poco a poco, aquella
negrura fue desapareciendo. Al dejar el álbum en su sitio, justo al
lado, estaba aquél molinillo. Lo miró con aquel cariño de algo muy
querido, que había estado abandonado tanto tiempo. Instintivamente,
lo apretó contra su pecho, diciéndole que no se iba a deshacer de
él. Desde ese momento, siempre estarían unidos, aquella niña, la
abuela, el cepillo de uñas y su querido molinillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario