lunes, 19 de agosto de 2019

COSAS DE LA VIDA (5)


COSAS DE LA VIDA
(5)
Por
ROBLE

A Mirta, le gustaba comprar el café recién tostado y en grano. Esto lo había heredado de su abuela. De toda la vida se compraba en el Trópico. Siempre que pasaba por el tostador, la acera tenía ese aroma tan singular. Aquella tarde de invierno, se dispuso a moler. El aparato eléctrico, no quiso hacer su trabajo. ¿Que hacer? Recordó que en el desván, entre los trastos, podía recuperar el molinillo de la abuela. El desván aunque ordenado, estaba abarrotado de cosas que no usaban, pero que daba pena deshacerse de ellos. Abrió algunas cajas, pensando donde estaría aquel molinillo. En una de las cajas, había un álbum de fotografías. Se vio hojeando aquel libro de otro tiempo, años que habían pasado, que quedaron plasmados.

Se sorprendió al ver una fotografía de ella cuando tendría como ocho años. Al verla, vinieron a Mirta, recuerdos que casi había olvidado. En la fotografía la niña estaba en la tierra plantando unas flores, guiada por la abuela. Sus manos estaban llenas de tierra. La abuela estaba radiante de alegría y satisfacción al verla. Le hizo la fotografía. Después la cogió de la mano y entraron para limpiarse. La tierra no se iba de las uñas. Entonces la abuela con mimo, usó un cepillo de uñas, y poco a poco, aquella negrura fue desapareciendo. Al dejar el álbum en su sitio, justo al lado, estaba aquél molinillo. Lo miró con aquel cariño de algo muy querido, que había estado abandonado tanto tiempo. Instintivamente, lo apretó contra su pecho, diciéndole que no se iba a deshacer de él. Desde ese momento, siempre estarían unidos, aquella niña, la abuela, el cepillo de uñas y su querido molinillo.


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