TIEMPOS
DIFÍCILES
Por
RICHARD
PACARD
No
me cabe ninguna duda -y creo que en esto coincido con mucha gente-
que estamos inmersos en una gran tribulación de carácter mundial.
Son tiempos difíciles de manejar, tiempos de cambio, tiempos de una
gran conflictividad social; el sistema en el cual vivimos no tiene la
confianza de antaño, la gente ya ha descubierto la gran mentira en
la que se basa toda la arquitectura política y social. Todo es
cuestionable. Todo se pone en duda. La clase política y la
oligarquía financiera han sido descubiertos en sus alianzas y
acuerdos para repartirse el pastel, dejando excluidos a la sociedad
civil. Ahora somos conscientes de que ellos son los planÍficadores de
nuestro empobrecimiento. De nuestra debilidad. De ahí su pretensión
de flexibilización del mercado laboral, en un intento de quebrantar
la salud de la sociedad. Una sociedad fragmentada e inorgánica,
donde ya no existen trabajos o empleos duraderos, ya que su futuro
laboral no pasa más allá de 6 meses, provocando una gran
incertidumbre, consiguen dominar a la clase trabajadora, empobrecerla
y que sea siempre dependiente de las condiciones precarias que el
empresariado impone. Es la esclavitud del siglo XXI. ¿Que hace
nuestra clase política ante semejante desafuero?. Nada. O dicho de
otra forma, no existe voluntad política de crear las condiciones
adecuadas para la integración laboral, dejando el libre albedrío a
las empresas, para que puedan campar a sus anchas y dominar a la
clase trabajadora, de ahí que puedan excluir a los trabajadores
mayores de 50 años o menos, sin que ni sindicatos, ni políticos, se
les ocurra pensar que tal decisión unilateral es anticonstitucional.
Pero ello seria situarse en contra del sistema capitalista.
En
este contexto creo que deberíamos incidir en la lucha colectiva como
núcleo duro de los cambios estructurales, es el colectivo el que
debe manifestar su descontento con la situación general. Es el
pueblo como actor principal el que debe manifestar su descontento con
la perdida y el quebrantamiento de sus derechos, el que debe marcar
el rumbo del progreso, no apoyar de ninguna forma a los que defienden
o colaboran con el empobrecimiento y la exclusión social.
Bridget
Anderson en su artículo “Estado del bienestar y renta básica
universal” dice en su entrevista “Puedes tener un trabajador
recogiendo patatas por un euro al lado de otro que en cambio esta
encantado porque esto le supone una pequeña salida. Cuando la gente,
con toda su buena intención humanitaria, dice “debemos eliminar
estos trabajos”, no tienen en cuenta que lo que hacen es sacar
estas pequeñas oportunidades”. Es cierto, anularíamos esas
pequeñas oportunidades, pero ello no quiere decir que dicho trabajo
no sea precario, ni que este, no solo rozando sino que es en si mismo
un sistema esclavista. En la antigua Roma y en la misma Grecia solía
haber esclavos encantados por su situación, ya que algunos amos eran
bondadosos con ellos, pero ello no obvia que fueran esclavos. El
hecho de que halla trabajadores que les guste su empleo, ya que esto
le procura una pequeña salida y se conforme con su suerte, no anula
en sí misma las condiciones draconianas en las que desarrolla su
labor. Si queremos combatir esa nueva y vieja forma de esclavitud, ha
de ser a través de una política de regulación del mercado, que el
empresariado entienda que en el mercado “no todo vale” y que la
contratación del trabajador a de ser conforme a esa nueva
regulación. De esto se deduce que se tendría que llevar a cabo una
política intervencionista para limitar el poder y el abuso de las
empresas, frente al trabajador indefenso.
Cuando
el gobierno de España declara sin ambages y sin ninguna vergüenza,
que España esta saliendo de la crisis, habría que preguntarnos:
¿Quienes se han beneficiado de la presente crisis y por lo mismo
quien esta creciendo? Desde luego la clase media no, ya que muchos
han sido los recortes que les han alcanzado. ¿Y que decir de los
pobres y excluidos sociales? Me niego a decir “en riesgo de
pobreza” como afirma el sistema, simplemente son pobres y excluidos
sociales. La sociedad se ha ido empobreciendo en los años de crisis
estructural; asi pues mucha gente no es capaz de hacer frente a las
necesidades básicas como: la bolsa alimentaria, el copago
farmacéutico, el recibo de alquiler, comunidad de vecinos y
derramas, actividades extraescolares, libros de texto, educación
cultural, etc. Este y no otro es el proyecto europeo; una crisis
estructural provocada por las élites financieras y políticas, en
aras a acabar con el Estado del Bienestar y por el camino con la
misma democracia. Es el fascismo que nuevamente reaparece con fuerza
y poder, representado en la oligarquía y en el proyecto europeo, de
ahí sus políticas de austeridad y sus programas neoliberales de
destrucción del tejido de ayudas a los más débiles.
Por
otro lado, el Estado del Bienestar se halla estructurado de forma y
manera que lo constituyen subsidios, ayudas y rentas condicionadas,
con carácter controlador del usuario. Los reglamentos y la
burocracia, han sido creados para controlar a una masa de usuarios
excluidos socialmente, en pobreza permanente y vitalicia, ya que
dicha gente bien organizada podría acabar con el sistema. Entre
otras condiciones para tener derecho a disfrutar de estas ayudas o
rentas, el usuario esta obligado a participar en los cursos de
formación, ya sean de una u otra institución, (municipal,
autonómico o central). Todo este entramado burocrático esconde una
realidad, el fracaso del sistema para la “inclusión” o la
“integración” y tal como se halla estructurado, organizado el
mercado, es imposible su integración. Es el mercado el que decide,
en un momento concreto, las condiciones por las que se rigen las
leyes de oferta y demanda, en donde los más débiles de la sociedad,
(pobres y excluidos sociales) no son admitidos. Y si lo son, lo son
bajo unas condiciones pauperrimas. El pobre o el excluido social -que
para mi son sinónimos- no tienen nada que hacer frente a un sistema
laboral donde prima la competencia, como contravalor capitalista,
violando en todo momento los derechos humanos. A parte de esto, es
como si el mismo sistema reconociera “in situ” su incapacidad
para evitar el desempleo crónico y la pobreza permanente; son -sin
temor a equivocarnos- síntomas de la dejadez de las instituciones y
del estado, que han olvidado su obligación, para las cuales han sido
creados, para protegernos de los avatares de la vida y mantener a la
sociedad libre de posibles amenazas y tiranías.
No
estoy proponiendo con lo que he dicho hasta ahora, la privatización
del Estado del Bienestar, pues en mi opinión, este ha constituido
una de las grandes conquistas sociales contra la pobreza, además de
una defensa en favor de los más desfavorecidos. Y mucho menos su
abolición. Hoy se ha convertido -a pesar de sus errores y fracasos-
en una de las instituciones claves para la consecución de una
democracia avanzada y progresista. Pero hemos de reconocer que se
puede mejorar, ya que se halla mediatizada por intereses oligárquicos
(los grandes intereses macroeconómicos). Una gran conquista podría
ser la institucionalización de la Renta Básica Universal e
incondicional, con una reforma integral del Estado del Bienestar. Así
mismo, es necesario que siga siendo un espacio público donde nos
podamos reconocer, donde la pobreza no represente una tragedia vital,
llena de incertidumbre y angustia. Si consiguen este objetivo,
abriríamos las puertas a una mutación sin precedentes en la
historia universal.
Como
hemos afirmado al principio de este texto, el mundo esta pasando por
tiempos difíciles de manejar; -sin embargo- no nos cabe ninguna duda
que tal situación, llena de angustia y de incertidumbre, nos propone
en los próximos diez años la desaparición de muchos empleos
innecesarios tras la automatización y robotización de muchas
grandes empresas, ello implica muchas amenazas a corto plazo, de
muchas transformaciones en el estilo de vida actual. Después de 20
años nada sera como antes. Habrá una gran muchedumbre de
desempleados crónicos, por ello, sera más necesaria la Renta Básica
Universal sin Condiciones y un Estado del Bienestar, que afronte los
retos y las amenazas de un futuro incierto, de ahí que sea necesario
una reforma integral de esta institución, si no quieren las élites
que este servida una Revolución Mundial. Esto provocara una gran
evolución en la historia de la humanidad; su contenido social y
político, así como económico, serán transformados y se impondrán
otros contenidos, de formas y de estructuras, el mismo pensamiento
humano sera transmutado a nivel social e individual. Las presentes
estructuras caerán y otras ocuparan su lugar. Estamos viviendo el
final del capitalismo, el cual se ira disolviendo en el devenir del
siglo XXI. En realidad el presente contexto es una época de
transición de una civilización que fenece y otra que se halla
implementándose, lentamente pero con paso seguro, se impondrá un
nuevo discurso en en el transcurso de este siglo. Un nuevo discurso
antropológico y una concepción nueva del hombre.
BIBLIOGRAFIA:
RECOMENDAMOS:
1.
Estado del Bienestar y Renta Básica Universal. Entrevista con
Bridget Anderson. Autora: Bridget Anderson. Profesora de migración y
ciudadanía e investigadora. Directora del Centro sobre Migración y
Sociedad. Universidad de Oxford.
2.
Reino Unido: Diez millones de empleos pueden desaparecer en 15 años.
Nadie sabe lo que sucederá después. Autor: John Harris.
3.
Empobrecerse: El único derecho garantizado. Autor: Rafael Borrás
Enseenyat.
Fuente:
www.sinpermiso.info
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